Felicidades Papá...

Siempre me sentí un personaje ajeno a todo mi entorno, sentía que no encajaba en mi circulo familiar... muchas manías, muchas pasiones y en tu ausencia, no supe interpretar que me corría por las venas toda tu estirpe, toda tu herencia...

Tardé tanto en comprender, que se me fueron los años en preguntas absurdas, en suponer historias, en querer interpretar tu silencio, fueron 26 años separados, 26 años con sus días y sus noches, muchas de esas noches en las que te lloré con rabia, porque no entendía esa lejanía necia entre México y Nicaragüa, entre lo político, lo social y los asuntos del cariño que un padre le debe a sus hijos...

Pero bastó mirarte hace unos meses otra vez, para reconocerme en tu mirada, para encontrar respuesta a mis formas distintas de interpretar las cosas, esta pasión de vivir al máximo mis días, este querer desparramar cariñó a diestra y siniestra y no guardarme ni un solo te quiero que le pueda dibujar una sonrisa a algún amigo... si soy dicharachera, sonriente, musiquera, amante de la coca light, simpatizante en cierta forma de los gatos... no me llegó a tropiezos, no me lo saqué en la suerte, me lo heredaste tu, y me estalla el corazón de alegría al proclamarme tu hija, tu herencia innegable, al no tener que adivinar de donde vienen esos veinte estornudos que me lanzo en una sola... ese ánimo de prosperar y levantarme una y mil veces...

Aún me quejo de la ausencia y de la falta que me hiciste desde niña, y aún tengo pendiente el que me enseñes a perdonar como tú lo haces, que me cuentes diez veces más mi parentesco con Sandino y me hagas soñar con lo que pude ser si hubiese crecido junto a ti...

Feliz día del Padre querido Papá... te adoro, te admiro y le ruego a Dios que me regale nuevamente un par de días para volver a verte... ¡Ah! y ¿Cómo no cumplirte tu deseo?... El Guitarrista es libre desde ayer...