A un año de Nicaragua...

Cuando se es pequeño, se entiende muy poco sobre los motivos que llevan a nuestros padres a tomar la decisión de romper una familia, no quiero decir que ahora de mayor lo entienda del todo, sería mentir, menos cuando se espera tanto tiempo para ejercer el derecho a preguntar, luego de 28 años, un día como hoy volví a Nicaragua y estando 26 años sin verlo, logré abrazar nuevamente a mi padre... aunque no le pregunté nada al respecto, ya no era importante, al menos no tanto como el hecho de disfrutar las casi 40 horas que tendría para estar a su lado.

Hay en los niños siempre la inocencia de pensar que somos hijos de seres super poderosos e importantes, yo sin embargo confieso que crecí arraigando un rencor por las ausencias, por los silencios y por las interminables historias que ante nadie que las refute, yo misma me inventaba. Un buen día de madurez, asumí, que las barreras son mentales, y que todo es posible en esta vida si lo deseamos con todo el corazón... el año pasado me sentía plena, pues tenía salud, una posición estable y éxitos en mi trabajo, pero siempre estaba ahí el escozor de no poder ver a mi padre y postergar un año tras otro nuestro encuentro...

No me sobraba ni me sobra el dinero, pero les aseguro que no ha existido dinero mejor gastado que el de mi ticket a Managua, el poder abrazarlo, el escucharlo reírse, el no tener que pedir explicaciones, porque al verlo sentí que estaban de más... el cantar "son tus perjumenes mujer" y pedirle un autógrafo a Mejia Godoy... el conocer a mi nueva familia... será por años, el mejor y más grande de mis sueños cumplidos...

Sé que redundo en el tema y es la tercera ó cuarta vez que les hablo de él, pero nunca serán bastantes para mi, y la fecha me tiene así, hoy se cumple un año, que le voy a hacer, extraño mucho a mi Papá, ahora más que antes, porque está vez si sé lo que podría encontrar estando a su lado... un hombre maravilloso. Justo Sandino Cooper.